miércoles, febrero 15

Cuento de San Valentín


Érase una vez un guapo mozo, con altas de miras y ambicioso, convencido de que su destino no podía vagar junto al de los otros mortales. De tanto reinar sobre cómo llegar a cumplir su sueño de acaparar fama y fortuna, dormir no podía. Hasta que la oportunidad tuvo de conocer a la damisela de sus sueños. O, mejor dicho, la que le iba a permitir cumplir sus sueños: una princesita candorosa e ingenua, inocente y confiada, perteneciente a una casa de rango y abolengo que, exultante porque su niña por fin encontrara su príncipe azulgrana, con los ojos cerrados la entregó al doncel.
¡Por fin, el sueño del mocito podría tomar forma! Y así, desde el día siguiente a sus nupcias de cuento de hadas, el mancebo, cual laborioso arácnido, y a hurtadillas de su amada, empezó a tejer pacientemente una fina y enmarañada tela de araña que, poco a poco, le fue reportando los frutos soñados en forma de jugosas riquezas que, cauteloso, ni a su cándida esposa revelaba. Hasta que un día, bajo el peso de la diosa fortuna, la telaraña cedió y, el mozo ya hombre, de ella cayó quedando con cara de leño y el as de oro al aire. Mientras, su desconsolada dama se sumió en un sombrío bochorno por no haber nunca advertido las conspiraciones excesivas de su esposo.

Continuará...

Por Víctor Pérez - © 2012 en adelante



No hay comentarios: